Ante la evidencia del permanente cambio de la medicina como ciencia y con el avance de las nuevas investigaciones asi como la experiencia clínica que día a día amplía nuestros conocimientos, se hacen cada vez más necesarias las modificaciones en la modalidades terapeúticas y en los tratamientos farmacológicos. Todo esto en la incesante búsqueda por encontrar alternativas válidas que proporcionen alivio a una multitud de condiciones patológicas que aquejan a un gran porcentaje de la población.
Muchas de estas enfermedades tienen su origen en el desequilibrio de las múltiples reacciones fisiológicas y bioquímicas que tienen lugar en el organismo, este desequilibrio ocurre por la gran cantidad de agresiones que le asestamos día a día y con el pasar del tiempo lo que les hace acumulativas creando las condiciones que van alterando el mencionado equilibrio hasta producirnos toda una serie de signos y síntomas que en la mayoría de los casos influyen de manera negativa en nuestra calidad de vida y que por su etiología multifactorial resulta tan dificultoso su tratamiento, siendo en muchos casos infructuoso.